De humilde cuna y
Escasa erudición,
Del seno de la empírica sabiduría,
Sincero amor he recibido
Y profusa educación.
De apellidos imprecisos
Y rasgos combinados,
En la sangre multicolor
Llevo culturas y creencias
Todavía ignoradas.
Aunque de prejuicios comunes
E ideas un poco confundidas,
Como a todas generaciones,
La esencia de la vida y del ritmo,
Brillantemente fueron transmitidas.
Detalles heredados comprueban
Incontestablemente mis raíces,
Pero en los tiempos lúcidos, me
Miro al espejo y no me reconozco,
Empiezo a entrar en crisis.
Me enseñaron a dudar,
Aunque no dudarían;
Me incitaron a conquistar el mundo
Y, aunque sabían que les dolerían,
De volar nunca me impedirían
Hoy arquitecto mi ideología
Y mis transfigurados pensamientos,
Ininteligibles por muchos;
Lucho contra mí misma para
No vivir de utopías e intentos.
Sembraré la semilla de mis ideales,
Quizás nunca rígidamente definidos,
Con la esperanza del día que entre
la tierra
Mi cuerpo en cenizas se pierda,
Florezca el árbol del fruto
prohibido.
J.C.
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