Me perdí en el camino
Entre miles de papeles
Manchados en rojo
Y una multitud que
Corría desenfrenadamente
Hacia el abismo.
De tanto recitar poesía a los muros,
De a poco fui perdiendo la voz;
Mis sueños casi se disiparon
Entre furiosos molinos de viento.
Me comparaban al ingenioso hidalgo,
Pero sin importarme sigo,
Al son del piano de Charly
Y un par de libros en la mochila.
Solo deseo encontrarme:
Con la felicidad y tomar
Unos mates con ella.
¡Dulces, por favor!
Jessy Camargo